martes, 5 de febrero de 2008

CUENTOS CON FINAL INFELIZ

Todos conocemos el típico final de los cuentos “vivieron felices y comieron perdices”, pero como hemos dicho en la entrada anterior algunas editoriales se están planteando cambiar los finales de algunos cuentos por sus versiones originales no tan ingenuas, o al menos más realistas que las actuales.


Desenlaces como que la Bella Durmiente se despierte después de 100 años con el beso de un príncipe o que Caperucita se salve de las garras del lobo está propiciando, según algunos expertos en literatura infantil, la formación de individuos vulnerables frente a los avatares de la vida.

¿Deberían entonces tener finales cruentos y tristes? Sugieren que deberían plantearse las dos posibilidades para que los libros cumplan con su misión pedagógica.

Los cuentos infantiles tienen una trama básica (introducción, nudo, desenlace), que aunque acaba felizmente, no todo es color de rosa, siempre se plantea un problema a resolver.
Yo pienso que la literatura infantil está para divertir y entretener a los niños, no para hacerles pasar un rato malo contándoles que su personaje o héroe favorito muere al final del cuento. Además ¿acaso no hay desgracias en los cuentos? Por ejemplo, Disney no tiene ni una sola historia sin tintes dramáticos, como es el caso de la madre de Bambi o el padre de Simba del Rey León.
Creo que con finales felices se lo pasan mejor y cogen un mayor hábito de lectura, para en un futuro elegir, si quieren o no, libros con finales infelices.

Noticia obtenida de http://www.bebesymas.com/

CUENTOS CON FINAL FELIZ

Hacía ya mucho tiempo que no hacia ninguna entrada en mi blog, pero entre las navidades y los exámenes no he tenido tiempo, lo tenía un poco olvidado… Y el otro día me encontré una noticia muy interesante que me llamó la atención: ¿Por qué los cuentos tienen un final feliz? Alberto Ruíz, especialista en literatura infantil, nos lo cuenta.


Al parecer, el principal motivo es la excesiva protección que los mayores tenemos para con los pequeños, este hecho ha propiciado que nuestros hijos normalmente lean cuentos con finales felices. El experto nos indica que esta actuación se denomina “trivialización literaria” y sus consecuencias pueden resultar negativas para los niños haciendo que se formen con mayor vulnerabilidad frente a la vida. La mayoría de los padres sabemos lo dura que puede ser la vida y la cantidad de problemas a los que nos enfrentamos cada día, de hecho, en ocasiones da la impresión de que impere la ley de la selva o del más fuerte, y pretendemos retrasar lo máximo posible el conocimiento de la vida real nuestros hijos.


Según el experto, es necesario que los niños tengan acceso a los dos planteamientos del final de un cuento, el feliz y el fatal, de este modo adquieren mayor conciencia de que pueden darse dos tipos de desenlace. Un ejemplo es un suspenso, algo negativo que puede traumatizar seriamente a un niño y más cuando cree que la vida te da siempre una segunda oportunidad, algo que en muchas ocasiones aparece en los cuentos.


Cuentos como La Caperucita Roja ofrecían en su forma original un desenlace desgraciado, con el tiempo ha sido modificado y ha ofrecido una visión muy distinta, el profesor Alberto Ruíz indica que muchos cuentos han sido modificados especialmente en pro de los intereses económicos de algunas empresas. Hoy parece que las cosas cambian y algunas editoriales retoman las historias originales con desenlaces no tan afortunados mostrando un poco más lo que pudiera ser la realidad.


En ocasiones los niños que han vivido la realidad de la vida son siempre más maduros y más conscientes de determinadas situaciones.


Noticia obtenida de www.bebesymas.com